EL PRIMER TRABAJO DE HERCULES
Trabajo 1. Capturar las Yeguas de Diomedes Devoradoras de Hombres
"Ve y captura esas yeguas malignas y detén sus hechos. Libera a esa tierra y a sus habitantes”.
Cada
uno de nosotros es un Hércules en embrión, porque al igual que él...
tenemos las mismas metas al tener que recorrer el camino por los signos
del zodiaco. El principal trabajo a lograr es la eliminación de todo
temor y el control de las fuerzas naturales que te encadenan al mundo de
las formas como lo son el temor, individualismo, rivalidad y codicia y
que tienen que ser transformadas en confianza espiritual, cooperación,
conciencia de grupo y carencia de todo egoísmo. En el primer trabajo de Hércules se procura establecer poder sobre la mente y adquirir su dominio.
En
la rueda zodiacal de la existencia en los 4 primeros signos preparamos
nuestras herramientas espirituales y aprendemos a utilizarlas. En Aries nos anclamos a la fuerza mental y se busca inclinarla a su necesidad aprendiendo el poder del control mental. En Tauro se empieza a percibir destellos de espiritualidad. En Géminis se tiene consciencia de la mortal y lo inmortal introduciendo la dualidad y en Cáncer se logra tener contacto con un sentimiento más universal, adquiriendo cierta consciencia de masa. Éste es el camino que se recorre a través de los primeros 4 trabajos de Hércules.
Es
en Aries donde el ser humano comienza su camino por el sendero de la
existencia, donde se toma forma y aprende a dominarla. Por lo tanto se
da inicio al desarrollo interior y el dominio de lo interno sobre lo
externo. Aries es un potente signo mental, aquí damos comienza un
trabajo consciente cuando nos convertimos en pensador y tomamos en
nuestras manos nuestro propio destino.
En este trabajo de Hércules los caballos negros simbolizan a la mente inferior, aquella donde se encuentran todos nuestros pensamientos errados... por eso el primer trabajo de Hércules es el adquirir dominio sobre los pensamientos, juicios e ideas falsas. El primer trabajo que debemos realizar es usar correctamente nuestra mente y no dejarla engendrar más caballos agresivos que destruyan nuestro mundo interior y en consecuencia el mundo que nos rodea.
Nuestros
pensamientos agresivos generan circunstancias en nuestra vida que no
sólo son dolorosas para nosotros sino para los demás... el verdadero
trabajo es domar esos caballos no sólo por la idea egocéntrica de
beneficiarnos a nosotros mismos, sino de mejorar a nuestro entorno con
nuestros pensamientos amorosos.
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