EL MILAGRO DEL PERDON
¿Somos capaces de olvidar la ofensa sufrida?, ¿Sabemos perdonar?
Cuando
las cicatrices no logran cerrarse y el rencor continúa anidando en
nuestro espíritu, su energía actúa como un veneno. Muchas de nuestras
enfermedades se deben a esta contaminación energética, a la ira
permanente, a los pensamientos de venganza y destrucción que ocupan
nuestra mente.
También
muchos de nuestros fracasos nacen en este aferrarse a dolores pasados
porque allí donde existe el resentimiento difícilmente pueda florecer
una actitud positiva hacia los demás.
Por eso, para curarnos, debemos perdonar.
Perdonar a quien nos olvidó.Perdonar a quien nos agredió.
Perdonar a quien destruyó lo que amábamos.
Enviar luz y paz para que la luz y la paz regresen a nosotros.
Perdonarnos
a nosotros mismos. Aceptar y cuidar al niño asustado, enojado o
confundido que llevamos dentro y rodearlo de un infinito amor.
Convertirnos en amor para que el amor sea.
Y entonces así, crecer libres de toda atadura y de todo miedo:
Crecer en felicidad.
“No
importa cuantas veces caíste, si cada vez te volviste a levantar, el
éxito en la vida no consiste en la prisa de correr, sino, en llegar. No
importa si perdiste una partida, acepta que ganaste en experiencia, la
lucha de la carrera de la vida no es de rapidez, si no, de resistencia.
No importa dónde, cómo, ni por qué, ten en medio del error cometido la
grandeza de decir… ME EQUIVOQUÉ! y si caíste estando a punto de llegar,
ten el miedo de darte por vencido… y el valor de volver a comenzar…
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