CIENCIA Y COCA
ACERCA DE LAS PROPIEDADES DE LA HOJA DE COCA
La
Hoja de Coca tiene grandes cualidades nutritivas y contiene casi tres
veces más fibra que las legumbres, 14 veces más que las frutas y 15 más
que los vegetales. Es un alimento riquísimo en
vitaminas A y C, y rico en hierro, fibras, proteínas y calorías. También
es un gran proveedor de calcio, siendo ideal para personas con
artritis, artrosis y osteoporosis.
La fibra de la Coca
desintoxica y refuerza el aparato digestivo y elimina grasas, colesterol
y triglicéridos. El consumo de coca ayuda a eliminar las hemorroides y
recompone y refuerza la flora intestinal. Está indicada para combatir la
colitis, el estreñimiento y otros males digestivos. La Hoja de Coca es un buen suplemento para diabéticos, además de prevenir los cáncer de colon y recto.
La Coca, así como el té y el café, contiene diversos alcaloides. El
alcaloide cocaína es uno de los 14 alcaloides presentes en la hoja de
coca y representa tan sólo entre el 0.5 y el 1.1% de ésta. Durante la
masticación, en contacto con la saliva, se combina con el resto de
elementos alcalinos, y se descompone, transformándose en ecgonina. La
ecgonina contribuye a quemar las grasas acumuladas en el hígado. Esto
genera glucosa que se convierte en energía.
Esta planta de origen
peruano puede ser usada como ingrediente de harinas, alimentos y bebidas
y en la farmacopea y la cosmética, así como en la producción de telas,
cartones, papeles, colorantes y otros productos.
POR UNA COLOMBIA DIGNA
En 1961 en la ONU se presentó a la coca como una planta venenosa y se incluyó en la lista de estupefacientes.
El Plan Colombia que utiliza el lema “cero coca” sólo está logrando la
erradicación de los indígenas y el desplazamiento de los campesinos. El
Plan Colombia Digno (PCD) buscará una solución racional al más grave
problema colombiano y deberá ser diseñado no sólo en escritorios
extranjeros y en el mejor de los casos por burócratas y políticos, sino
también por agricultores, botánicos, médicos y científicos.
Es necesario sacar de la lista de estupefacientes a la hoja de coca (estupefaciente=
“sustancia que causa sorpresa, narcótico”. Diccionario Larousse).
Curiosamente en esta lista no está la flor de la amapola de la cual se
extrae la morfina, la heroína y la codeína. Los defensores de la hoja de
coca no rechazan ni obstaculizan la lucha contra el comercio ilegal y
criminal de la cocaína.
El
Estado colombiano debe controlar la producción y comercialización de la
coca, al igual que lo hace con el alcohol y con los medicamentos que
pueden producir hábito o adicción como algunos anticonvulsivantes
(barbitúricos, fenobarbital), las benzodiazepinas (valium, rivotril),
los analgésicos potentes (morfina, codeína), los insecticidas y
herbicidas tóxicos, los antitusígenos (codeína) y la buscapina, entre
otros, que se extrae del borrachero y del cacao sabanero de donde se
produce también la burundanga o escopolamina.
Hace
poco en Oxford, Estados Unidos, fue patentado el uso de la cocaína para
el tratamiento de la obesidad (Patente US4696819) y también en USA
(Massachussetts) fueron patentados los análogos de la cocaína para
enfermedades neurodegenerativas (Patente US05506359). La
compañía farmacéutica inglesa GW Pharmaceuticals acaba de informar
ingresos de 35 millones de dólares (más de 70 mil millones de pesos) por
venta de analgésicos a base de marihuana (Cannabis).
Es mandatorio replantear el Plan Colombia antes de que por ignorancia, sumisión y falta de dignidad entremos sin salida al fatídico círculo vicioso: ignorancia-miseria-violencia.
Todo
el lenguaje confuso alrededor de la coca no ha logrado desmeritar las
beneficios y usos que se le ha dado a la hoja de coca. Estos
usos podrían además ampliarse en momentos y circunstancias particulares
si se logra acabar con la mala leyenda que la ha perseguido. Es
provechoso dar a conocer algunas posiciones y conocimientos que se
tienen sobre este asunto. Pensemos que estamos libres de espantos y que
sólo aceptamos la virtud de la ciencia. Así que veamos, entonces: COCA NO ES IGUAL A COCAÍNA, como papa no es igual a vodka, ni azúcar es igual a alcohol. LA COCAÍNA NO ES UN NARCÓTICO, sino por el contrario, un estimulante cerebral. El narcótico produce sueño (narcosis) la cocaína no.
LA HOJA DE COCA NO ES TÓXICA.
Muy al contrario, es medicinal, nutritiva y tiene gran poder alimenticio.
La hoja de coca, además de ser de utilidad médica contra la artritis,
como analgésico, antiasmático, antidepresivo4 y como supresor del
apetito, puede ayudar a mejorar el grave problema de la adicción a la
cocaína, al “crack” y al bazuco. Sirve para mejorar la fatiga laríngea
(disfonía, voz ronca), para quitar el mareo, para perder peso y
posiblemente para mejorar la diabetes mellitus y el Parkinson.
Durante el proceso químico para producir cocaína se destruye 98% de los
componentes nutritivos y medicinales de la hoja de coca y sólo queda la
cocaína que ha estigmatizado y satanizado a la hoja de coca. La hoja de coca no produce dependencia mientras
que la cocaína sí la produce cuando se usa inyectada por vía
intramuscular, subcutánea o intravenosa, o por inhalación. El consumo de
coca puede ser fácilmente abandonado de manera definitiva sin ningún
efecto indeseable.
En
1886, un farmacéuta norteamericano, JS Pemberton, mezcló la cocaína con
una bebida a base de nueces, la “kola”, e inventó la Coca-Cola (Coke).
La Coca-Cola Company utilizó las principales propiedades de la cocaína y
la vendió con el lema “Revigorizar el cuerpo fatigado y estimular el
cerebro cansado” creando una de las empresas más ricas del mundo.
La
coca es buena y la cocaína es útil aunque peligrosa, al igual que el
alcohol, los medicamentos para la hipertensión y para las arritmias
cardíacas y los anticonvulsivantes. Las reconocidas propiedades
de la hoja de coca como alimento de gran valor nutritivo, como
metabolizador de las grasas y de los azúcares, como reductor del apetito
y de las secreciones bronquiales, como digestivo y antidiarreico, como
cardiotónico y como regulador de la bilis convierten a la coca en una
sustancia de gran valor alimenticio, y de un potencial terapéutico y
comercial insospechado. Algunos derivados de la coca, a base de cocaína,
se usan como anestésicos locales especialmente en oftalmología y se
venden libremente en muchos países incluido Estados Unidos.
La
capacidad de la cocaína para aumentar la dopamina y la noradrenalina en
el cerebro la convierten en una de las sustancias promisorias para el
tratamiento de la enfermedad de Parkinson y de la depresión y para la investigación y estimulación de la inteligencia humana.
Ya
es tiempo que las universidades de Colombia y en especial, la
Universidad Nacional y las del Valle, Cauca y Nariño iniciemos la
investigación científica y seria de esta planta que la naturaleza ha
dado a los países andinos. De esto puede depender no sólo un
soporte económico y nutricional para millones de campesinos e indígenas
latinoamericanos sino también ser un gran paso para lograr la paz en
Colombia. En lugar de destruir con tóxicos las más de 100 mil
hectáreas de plantas de coca o arrancarlas y desecharlas deberíamos
utilizar las hojas como alimento o forraje para ganado de leche y de
carne, ovejas, cabras, caballos, curíes, gallinas y posiblemente cerdos.
Sólo faltaría el saborizante, como en el caso de la Coca-Cola, que la
haga agradable. Pronto aceptaremos que la hoja de coca puede ser también
utilizada como alimento en los humanos por su gran valor nutricional y
carencia de toxicidad. Destruir las hojas de coca para evitar la
drogadicción es tan inútil y absurdo como destruir las uvas, la cebada,
la papa y la caña de azúcar para evitar el alcoholismo. Mucha
razón tenía el gran fisiólogo francés Claude Bernard al decir: “Todo es
venenoso; nada es venenoso: Todo depende de la dosis” y de la vía de
administración.
Espero
que estas informaciones sean de utilidad para cambiar la mentalidad de
la gente y para no volver a repetir la triste historia del alcohol y del
tabaco que causaron tanta violencia inútil en el pasado. Es recomendable legalizar el comercio de la coca e investigar sus derivados con fines científicos y comerciales.
Se debe autorizar el uso de derivados de la hoja de coca como el té de
coca, jarabes y crema dental a base de coca y también autorizar la
investigación de la coca y sus derivados por parte de las universidades y
de laboratorios farmacéuticos serios. La producción y la
industrialización de la cocaína deben ser controladas por el Estado,
como lo hace Estados Unidos, donde la cocaína ya está legalizada.
VLADIMIR ZANINOVIC
Profesor Emérito, Neurología, Facultad de Salud, Universidad del Valle, Cali
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