BRASIL AUTORIZA EL CONSUMO RITUAL DE LA AYAHUASCA O YAGE

El Santo Daime está de fiesta; el gobierno brasileño finalmente accede a legalizar el uso de ayahuasca durante ceremonias religiosas.

El Santo Daime esta de fiesta. Tras años de insistentes discusiones y polémicas al fin es oficial la legalización del uso de ayahuasca en Brasil. El pasado 7 de febrero apareció en el Boletín oficial del Estado el dictamen que lo acredita.

El uso de la liana del espíritu, también conocida como hoasca o daime, finalmente se podrá llevar a cabo de manera libre. La ayahuasca es originalmente utilizada en ceremonias de diversos grupos étnicos de la Amazonia brasileña, y se ha ido popularizando como un estimulante bioquímico y religioso durante las últimas décadas.

La ayahuasca es empleada por dos religiones de Brasil, ingerida a través de infusiones, que son la Unión Vegetal y la Santo Daime. En conjunto suman más de 20,000 seguidores tan sólo en el gigante latinoamericano, y además cuentan con adeptos en México, Estados Unidos, Canadá, y Reino Unido.

Se han encontrado vestigios de la utilización de la ayahuasca desde hace 2500 años entre comunidades indígenas del Amazonas. El origen de esta bebida medicinal se remonta a un origen mítico, en el que algunos señalan que fue un jaguar el que reveló a un chamán la utilidad de la planta. 

La ayahuasca, si bien es también el nombre que se le da a la planta banisteriopsis caapi, es el resultado de la combinación de varias plantas, principalmente la liana( banisteriopsis caapi) y la chacruna (la cual contiene el principio activo dimetiltriptamina o DMT). 

Sin esta combinación, la ayahuasca no tiene efectos alucinógenos: la liana hace activa vía oral el DMT que contienen otras plantas. Se conocen al menos 42 nombres diferentes para esta bebida y es utilizada por al menos 72 tribús indígenas, cada una preparando su propia versión de este cóctel chamánico, incluyendo distintas sutancias (en algunos casos hasta la datura) para distintos fines.

La dificultad de conocer por medios tradicionales, científicos, que la combinación de esta dos plantas (la ayahuacasa y la chacruna) surte un efecto alucinatorio, ha sido parte del trabajo de investigación del médico Jeromy Narby, quien apunta que es posible que los indígenas del Amazonas hayan tenido algún tipo de comunicación directa con la planta, posiblemente a través de una visión de conexión simbólica entre la liana, las serpientes y la correspondencia entre la forma que tiene el ADN.

La ayahuasca, más allá de su uso en ceremonias religiosas, parece tener una importante aplicación para curar ciertas adicciones (como la cocaína y al alcoholismo) y algunas enfermedades, incluso el cáncer (Ver caso).

El alcaloide de la ayahuasca, el DMT, es un neurotransmisor que se genera de forma endógena en el cuerpo humano. El trabajo del Dr. Rick Strassman apunta a que posiblemente se genere en la glándula pineal (el asiento de los espíritus según Rene Descartes, y tradicionalmente lugar donde se ubica el tercer ojo). Además de ocurrir de manera natural, el DMT puede ser extraído de cientos de plantas y animales, siendo el psicodélico más abundante (y de efecto más intenso) que se conoce en el planeta.

El diario El País hace referencia a que la facilidad con la que se crea una religión en Brasil, podría dar pie al abuso recreativo de esta sustancia. Si bien la descontextualizción del uso mágico ritual de una planta de este poder, es algo que merece atención, celebramos la decisión del gobierno brasileño de legalizar el uso ritual del ayahuasca, algo que sin duda forma parte del más evidente derecho humano: usar, curar, explorar, navegar, volar y relacionarse con la matriz botánica de su preferencia, especialmente una bebida como la ayahuasca, la liana que lleva, con inusitada efectividad y benevolencia, al espíritu dentro de todas las cosas,