martes, 16 de octubre de 2012

MEDUSA... LA SOMBRA DE UNA DIOSA

  
En la psiquis de cada mujer existe el arquetipo de la víctima y de la bruja ambas estrechamente vinculadas. Una gran parte de nosotras pasa buena parte de su vida quejándose de la pareja de los hijos, del trabajo, de la familia, del peso, en fin de todo aquello que nos haga ver ante el mundo como que somos muy abnegadas. Jugamos, lo creamos o no ser “las buenas” y aquellas mujeres que parecen felices, independientes y con una vida plena las castigamos colocándoles las etiquetas de “brujas”. Si bien es cierto que el patriarcado nos ha vendido la leyenda de “la Eva pecadora”, también es cierto que no hay juicio más duro que el que nos colocamos unas a otras.

Uno de los arquetipos que definen muy claramente el papel de la mujer  es el de Medusa, que relata como una joven y bella doncella es ultrajada por un Dios poderoso que la engaña,  luego una diosa que favorecía a los hombres la convierte en una monstruosa gárgola con cabellera de serpientes vivas y que convertía en piedra a todo hombre que la mirase a los ojos.

Es interesante como la mayoría de las mujeres se han sentido alguna vez engañadas como la inocente medusa. Tienen la creencia que entregan a un hombre con la ilusión de la juventud y este hombre solo quiere gozar de sus delicias sexuales (como Poseidón). En ocasiones la herida es tan grande que esta doncella mancillada se convierte en una mujer terrorífica, vengativa, que no consigue alcanzar su felicidad por el dolor que se queda impregnado en su corazón.

En consecuencia su mirada se vuelve fría e indiferente y empieza a castigar a todos aquellos hombres que se cruzan en su camino. Sin embargo cada mujer en su hermosa cabellera posee el poder transformador de las serpientes vivas, tomando su simbolismo de cambiar de piel puede desprenderse con la fuerza de su voluntad de condicionamientos que la hacen sufrir.

No olvidemos que el nombre de Medusa realmente significa sabiduría femenina, porque cada mujer lleva dormido en su interior el poder de los misterios femeninos. Poseemos la fuerza de los ciclos de la luna con la energía intuitiva de la noche con sus aspectos de luz y de sombra y con ello tenemos la sabiduría necesaria para llevar los ciclos de la naturaleza como vida, muerte y renacimiento. Cada mujer es  creativa y tiene la semilla de la  transformación interna. Somos hermosas mediadoras  entre el cielo, la tierra y el mundo terrenal. Somos energía latente y activamente sutil.

Se puede construir a voluntad el balance y purificar toda la tierra con nuestro poder creativo e intuitivo.  Cuando somos jóvenes y hermosas como la misma medusa somos signos de fertilidad y vida. Pero cuando somos ancianas se consume todo con la alquimia transmutadora de la mirada, volviéndonos  a la fuente, el abismo de la transformación, el reino sin tiempo.

Es importante  rendirnos a nuestra medusa interior  reflejando de esta manera, una cultura en armonía con la naturaleza, ese poder unificador que poseemos en esencia. El transformarse con los ciclos de la vida es un poder muy latente en cada mujer y aunque hoy día aún no se entiende el símbolo de la serpiente, razón por la cual se siguen percibiendo los cambios como algo peligroso y doloroso.

Eres una hermosa diosa al igual que todas las mujeres, jamás decapites a la medusa que vive en tu interior. Usa la fuerza de tus pasiones y el poder sanador y transformador de tu mirada  con esa creatividad que te pertenece por derecho. Reconoce tu propia sabiduría y aprende a que tu belleza interior se refleje en la sabiduría de tus actos.

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