EL ARTE DE DOMINAR UNA TEMPESTAD
"Sabemos
que una emoción no es más que una emoción. Llega y permanece un momento
y después deberá partir, como una tempestad. Una tempestad llega, queda
un momento y deberá partir.
No
debemos morir a causa de una emoción, nosotros somos verdaderamente más
grandes que una emoción, verdaderamente, verdaderamente más.
Entonces,
cuando sintáis que la emoción va a manifestarse, que llega, es muy
importante que os instaléis en una posición sentada, una posición bien
estable, como yo estoy ahora.
Incluso
podéis acostaros, es también una posición muy estable, y dirigís
vuestra atención a vuestro vientre y estáis atentos a sentir vuestro
vientre elevarse y descender.
Respiráis profundamente y concentráis toda
vuestra atención a sentir vuestro vientre elevarse y descender. En
posición de loto, como yo estoy, yo diría que el nivel de mi cabeza es
el remate del árbol. No me quedaré aquí, desplazaré mi atención hacia
abajo, hacia el tronco del árbol que está justo debajo del ombligo.
Sabéis
que es peligroso quedarse en el ojo de la tempestad. El ojo de la
tempestad está en la cabeza, entonces descended hasta debajo del nivel
del ombligo y comenzad a practicar la respiración en plena conciencia,
inspirad y espirad profundamente y concentrad toda vuestra atención
sobre vuestro abdomen que se eleva y desciende.
Podéis
practicar así durante diez, quince o veinte minutos y veréis que estáis
fuertes, lo bastante fuertes para resistir a la tempestad.
En la
posición sentada o acostada, engancharos a vuestra respiración como una
persona se engancha a su chaleco salvavidas en la mitad del océano y os
daréis cuenta que sois lo bastante fuertes para resistir a la emoción y
un poco más tarde esta emoción partirá.
Durante este momento de
respiración, podéis observar que una emoción no es más que una emoción y
que vosotros sois mucho, mucho más que una emoción. Una emoción es algo
impermanente".
...
No hay comentarios:
Publicar un comentario