(NaturalNews).- Si usted piensa que por consumir un
refresco bajo en calorías adopta una opción más saludable, es hora de
que cambie de opinión. La publicidad emplea el término “libre de
azúcar”, dando la impresión de que es una alternativa saludable, pero la
verdad es que se emplean edulcorantes químicos, que están lejos de ser
saludables.
A pesar de que los fabricantes de aspartamo dicen que
su consumo es seguro para el ser humano, diversos estudios realizados
en los últimos años han demostrado que el aspartamo está asociado a
dolores de cabeza, migrañas, mareos, tumores o incluso cáncer. La FDA
publicó una relación de 92 síntomas asociados al consumo de aspartamo
ante las denuncias presentadas. A pesar de que estos efectos están fuera
de toda duda, el aspartamo fue aprobado para su uso en el año 1981, y
aún continúa estándolo hoy en día. Irónicamente, no han sido probados
los efectos del aspartamo en los seres humanos antes de su aprobación.
Se comercializan unos 6.000 productos que lo tienen y unos 250 millones
de personas de todo el mundo están actuando como conejillos de indias
sin saberlo, formando parte de un experimento que ya dura 40 años desde
su fabricación.
(Es muy interesante en este sentido el documental “ Nuestro veneno cotidiano” realizado por Marie-Monique Robin, que se puede ver aquí: http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/01/22/nuestro-veneno-cotidiano/, uno de cuyos apartados está dedicado precisamente al aspartamo)
Un asunto clave para su salud: bajo en azúcar, no sin azúcar
Consumir los llamados alimentos light es la mejor
manera de aumentar de peso. Las últimas investigaciones sobre el
aspartamo han puesto de manifiesto que en realidad aumenta el riesgo de
aumentar el peso corporal. Al ser 200 veces más dulce que el azúcar, el
aspartamo pareciera en principio la respuesta perfecta para una dieta,
ya que contiene pocas calorías, mientras que endulza al igual que el
azúcar. Pero desafortunadamente, la fenilalanina y el ácido aspártico,
los principales componentes del aspartamo, desencadenan la liberación de
insulina y leptinas. Estas últimas son hormonas que estimulan el
almacenamiento de grasa corporal.
Por otra parte, grandes dosis de fenilalanina hacen
descender los niveles de serotonina y aumenta el deseo de consumir más
alimentos. Dado que los edulcorantes artificiales estimulan las papilas
gustativas, afectan al gusto y las vías de placer del cerebro. Los
edulcorantes artificiales más que saciar lo que hacen es activar las
regiones del cerebro relacionadas con el placer, demostrando ser poco
efectivos en reprimir los deseos de consumir azúcar. En el libro Yale Journal of Biology and Medicine,
el investigador Yang Qing, del Departamento de Biología Molecular,
Desarrollo Biológico y Celular, encontró que los edulcorantes
artificiales provocan más un aumento que una pérdida de peso.
Por otro lado, el aspartamo es muy adictivo. La
fenilalanina y el metanol aumentan los niveles de dopamina en el
cerebro, llegando a niveles muy altos. Esto provoca adicción, que se ve
agravada por la liberación de alcohol metílico o metanol, que es
considerado un narcótico. Teniendo esto en cuenta, usted debiera de
reconsiderar los “beneficios que para su salud” le aporta el aspartamo.
Principales productos que contienen aspartamo:
- Refrescos light (zero)
- Yogures
- Goma de mascar
- Salsas de cocina
- Patatas fritas
- Edulcorante de mesa
- Bebidas en polvo
- Aguas saborizadas
- Productos sin azúcar
- Cereales
Los productos anteriormente mencionados son sólo
algunos de los muchos que contienen aspartamo. A pesar de las
investigaciones que señalan la toxicidad del aspartamo, una nueva
investigación de la FDA, así como de otros organismos reguladores de
todo el mundo, llega con bastante retraso. Aquí que sólo nos queda
protegernos nosotros mismos eligiendo de forma consciente aquellos
productos que tras comprobar la etiqueta sabemos que no contienen
aspartamo.
Si usted desea hacer una reclamación sobre el
aspartamo, no se vuelva atrás y proteste. Quizás la última cosa que
usted desee es hacer cola ante una oficina del Gobierno que no tiene
ningún interés por su salud.
Fuentes de este artículo:
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