¿PORQUE EL DIOS CRISTIANO ES IMPOSIBLE?
Por
lógica son todos los Dioses y conceptos dogmáticos procedentes de una
determinada religión, y estos desde tiempos inmemoriales vienen
engañando el género humano. Es por tanto que aquí tratamos de hacer un
recorrido más, principalmente por la que domina occidente, ya que en su
momento nos fueron impuestas y aún continúa incidiendo.
Los
cristianos, y nos referimos a todos aquellos que viniendo del judaísmo,
tomaron ese nombre en vano, ya que consideran que la existencia de su
Dios es una verdad obvia. Esa elevación es falsa, no apenas porque
faltan cualesquiera evidencias para la existencia de ese “personaje” –
que a pesar de “ser” omnipresente es invisible – aún porque la propia
naturaleza que los cristianos le atribuyen a este Dios es auto
contradictoria.
Probamos
una negativa universal. Se trata que como las religiones han sido
inventadas por los hombres en algunos momentos de la historia, e
igualmente lo fue la rueda, no es posible dar por hecho de que él
exista, por muchas teorías, filosofías, dogmas, que puedan presentar
todos y cada cual de los clérigos del pasado y presente. La rueda, ese
sí es un hecho, y muy útil, como tantísimas otras cosas, que no vamos
enumerar, la religión NO.
La
alegación de que la omnisciencia es necesaria para probar una negativa
universal presume que el concepto que estamos discutiendo es lógicamente
coherente. Si los atributos que se le confieren a un objeto o ser
hipotético son auto contradictorios, entonces podemos concluir que éste
no puede existir y, por lo tanto, no existe. Tales objetos tienen
atributos exclusivos que hacen su existencia imposible. Un cubo, por
definición, tiene ocho vértices, mientras que la esfera no tiene
ninguna. Tales propiedades son completamente incompatibles, no pueden
estar contenidas simultáneamente en el mismo objeto.
Se
pretende demostrar, una vez más, que las supuestas propiedades del Dios
judío-cristiano, así como las de una esfera cúbica son incompatibles, y
al hacerlo demostrar que la existencia de ese pretendido Jehová es
absolutamente imposible.
La
definición hecha por los cristianos es que dotaron a ese su Dios de
todos los siguientes atributos: él es eterno, todo poderoso y creó todas
las cosas; creó todas las leyes de la naturaleza y puede mudar
cualquier cosa por medio de un acto de su sabia voluntad; es todo
bondad, todo amor y perfectamente justo; es un Dios personal que
experimenta todas las emociones de un ser humano; es todo sabiduría; ve
todo el pasado, presente y futuro.
En
un principio Dios hizo su creación perfecta, pero el hombre, al
desobedecerlo trajo la imperfección al mundo. Los humanos son malos y
pecadores, por lo que necesitan sufrir en este mundo debido a esa
pecaminosidad. Él da a los humanos la oportunidad de aceptar el perdón
de sus pecados, y todos aquellos que lo hicieren serán recompensados con
la buena venturanza en el reino de los cielos. Sin embargo, mientras
estén en la Tierra, deben sufrir por su causa. Todos aquellos hombres
que decidieren no aceptar este perdón serán enviados a los terroríficos
infiernos por toda la eternidad ya que para eso fueron creados...
Tales
atributos de Jehová son relatados en el supremo libro, la Biblia, esa
misma que los cristianos creen ser la palabra absoluta y verdadera de
ese su pretendido Dios. Ellos aún insisten en confirmar que los ateos
son imbéciles… Es que la ignorancia humana no tiene límites…
Demostraremos
que los conceptos divinos que se les atribuyen a ese Dios, son
completamente incompatibles, y aún revelar la imposibilidad de que todos
ellos consisten simultáneamente en el mismo ser no hay cualquier
objeción en negar lo imposible, por lo que el adorar a un Dios entra en
esos conceptos.
La
perfección busca aún más perfección. ¿Qué fue lo que ese Dios hizo
durante aquella eternidad anterior a la creación de todas las cosas? Nos
referimos, por supuesto, a todas las leyes del cosmos y naturaleza
terrestre. ¿Estaba él aburrido, solitario y resolvió hacer un mundo en 6
días descansando el séptimo porque se hallaba cansado…?
Insisten
diciéndonos que ese Dios es perfecto. Entonces, si algo es perfecto ese
“algo” es completo – no necesita de cualesquiera otras cosas. Nosotros,
los humano encajamos en actitudes porque estamos buscando una
perfección esclarecedora, pues resulta que hay un desequilibrio causado
por la diferencia entre lo que somos y lo que queremos ser. Si Dios es
perfecto, como acostumbran insistir sus seguidores, entonces no puede
haber desequilibrios. No hay cosas que él necesite, cualquier cosa que
desee o cualquier cosa que deba o iría hacer. Un Dios que es perfecto no
hace otra cosa que el existir. Un creador perfecto es imposible.
Sabido
es que la perfección genera imperfección. Así pues, por mero ejercicio
intelectual continuaremos poniendo los razonamientos sobre el papel.
Supongamos por un instante de que ese Dios perfecto haya realmente
creado el Universo. Los humanos fueron la cúspide de esa su creación. Ya
que fuimos creados a su imagen y semejanza y el tener la habilidad de
tomar decisiones. Entretanto, esos humanos destruyeron la perfección
original y escogieron el desobedecerle.
¿Cómo
eso puede ser posible? Si algo es perfecto, es obvio que nada
imperfecto puede venir de él. Alguien ya dijo que un fruto malo no puede
venir de un buen árbol. Se hace evidente, este Dios “perfecto” creó un
Universo “perfecto” que se fue volviendo imperfecto por los humanos, que
a su vez fueron “perfectos”.
Esto
nos lleva a pensar que las fuentes de la imperfección vienen del propio
Dios. Hay que reconocer que lo que es perfecto no puede hacerse
imperfecto, es lícito pues que los humanos debieran haber sido creados
imperfectos. Conclusión, un Dios perfecto que crea seres humanos
imperfectos es absolutamente imposible.
Veamos
el argumento del libre albedrío, o libertad de la voluntad humana. La
objeción permanente de los cristianos ante este patético argumento
envuelve, arrojan ese libre albedrío principalmente contra nosotros para
sentirse felices. El aquí Dios todo bondad no quería crear robot,
entonces le dio a los humanos el persistente libre albedrío para así
posibilitarles y probar el amor y la felicidad. Abramos
un paréntesis. Esa palabra no creemos que esté en la biblia, es más
bien moderna y significa artefacto que ejecuta automáticamente cálculos y
otras funciones de los seres humanos. Desde luego, los cristianos se
han “sacado de la manga” de ese libro eso del libre albedrío… En
consecuencias, los hombres escogieron el mal e introdujeron la
imperfección en el Universo, originariamente perfecto. Dios no tenía
control sobre esta decisión, por lo que la culpa de la imperfección del
Universo imperfecto es solamente de los humanos y no del Ser Supremo… La
pregunta es obvia: ¿también lo que esté ocurriendo en Mercurio, Saturno
o en la galaxia de Andrómeda…?
Dejemos de lado el Universo, aún el hombre no ha llegado tan lejos físicamente y concentrémoslo en el propio Planeta Tierra.
Es
oportuno mencionar que éste Dios todo bondad creó suficientes
sufrimientos para el futuro y aún premeditado. Él es omnisciente. Cuando
creó la Tierra sabía las desgracias que los humanos llegarían a
soportar como resultado del pecado. Él ya escuchó los gritos de los
condenados, desgraciados, inclusive el de los quemados en las hogueras
por no creer en su muy amado hijo Jesús. Ciertamente él sabía que
hubiese sido mejor para esos seres humanos el no haber nacido. La Biblia
dice exactamente eso. ¿Es lícito un Dios perfectamente compasivo el
crear deliberadamente seres para posteriormente llevarlos a los más
horrendos sufrimientos? ¡Eso es imposible!
Punición
imperfecta por los pecados finitos. Dios es perfectamente justo, eso
dicen, pero aún así sentencia a los imperfectos humanos pues le creó el
sufrimiento infinito en el infierno por pecados finitos. Esa es la
sentencia divina hacia los seres humanos imperfecto a una eternidad en
el infierno por unos pecados es un hecho injusto. El carácter absurdo de
esta punición infinita se demuestra aún más cuando consideramos que la
fuente misma de esa imperfección es el propio Dios que lo creó. Un Dios
perfectamente justo que sentencia su creación imperfecta a puniciones
infinitas por pecados finitos es imposible de creérselo.
Consideremos
a todas aquellas personas que viven en regiones remotas del mundo y que
jamás escucharon el “evangelio” de Jesucristo. Todas ellas irán a
perecer en el fuego eterno del infierno. No importa lo justa, bondadosas
y generosas que esas personas fueron con sus semejantes durante toda la
vida; si ellas no creen en el evangelio de Jesús, serán condenados…
Sabido es que hoy ya no son tan estrictos en ese sentido como en un
pasado no muy lejano, pero le dan vueltas al asunto para llevar la razón
sobre su misericordioso Dios…
La
Biblia es supuestamente la palabra perfecta de ese su Dios… El libro de
los libros contiene instrucciones para que la humanidad evite las
eternas llamas de infierno. ¡Qué maravilloso y bondadoso por parte de
ese Ser el proporcionarles los medios de superar los problemas por los
cuales él, en última instancia es el responsable de todo este tinglado!
El
aquí Dios perfecto decidió revelar sus voluntades a través de esa obra
imperfecta, escrita por hombres imperfectos. No es extraño que sobre lo
dicho en ese libro los hombres nunca irán concordar sobre lo que
realmente Dios haya dicho, pues resulta que gran parte de esa obra (o
mejor decir toda), son auto contradictoria o oscurecidas por enigmas. Y
aún así ese Dios perfecto espera que nosotros, imperfectos humanos
entendamos esos absurdos enigmas paradójicos utilizando las mentes
imperfectas con que él nos equipó.
No
es necesario ser un ilustrado en algunas de las ciencias que el hombre
ha venido explicando y desarrollando durante siglos para darse cuenta
que la propia Biblia
está llena de imperfecciones y se contradice desde el comienzo al fin
al exponer sus propios absurdos. Destaquemos que ella se contradice en
cuestiones de justicia; fue el mismo Jehová que infligió a millones de
inocentes con plagas, guerras y muertes. Fue ese mismo Dios al haber
fracasado en su propia creación, el permitir que su muy amado hijo Jesús
fuese asesinado por los hombres. Consideremos los millones de seres
humanos que fueron apedreados, quemados, estuprados, esclavizados, etc.,
debido al distorsionado censo de justicia de Jehová. La sangre de los
inocentes deben está en las manos perfectas, justas y compasivas del
Dios judío-cristiano…
El
“cumplimiento” de las profecías bíblicas es citado como pruebas de la
inspiración divina. Sin embargo, ella es el ejemplo de unas denominadas
profecías cuyos significados originales fueron y continúan siendo
distorsionados para así sustentar todo lo absurdo y falsedades que
algunos hombres han llegado a inventar. No hay límites para que esos
individuos crédulos, fanáticos, hagan por sustentar sus febriles y
nocivas creencias cuando estas son confrontadas con evidencias
contundentes y científicas.
Es
solo hacer uso de la facultad de discurrir y apenas encontrar una
simple imperfección para destruir la supuesta perfección del personaje
Dios. Muchas han sido encontradas, pero aún continúan vigentes después
de tantos siglos de engaños. Un dios que conoce el futuro es impotente
para mudarlo. Un Dios omnisciente que es todo poderoso y dotado del
libre albedrío es imposible. Un Dios que lo sabe todo no puede tener
emociones. El polémico libro dice que Dios experimenta todas las
emociones humanas, inclusive el odio, tristeza, felicidad… Nosotros los
humanos experimentamos emociones como resultado de un nuevo
conocimiento. Por ejemplo, un hombre o mujer que desconoce la
infidelidad de su esposa o marido ira experimentar las emociones de odio
y tristeza al descubrir esos hechos que para él/ella estaban ocultos.
En contraste, el Dios omnisciente no es ignorante en relación a
cualquier cosa o hechos. Nada está oculto para él, nada nuevo se le
puede revelar. Por lo tanto, no hay maneras como adquirir un
conocimiento al cual pueda relacionar emocionadamente.
Nosotros
lo humanos, experimentamos odio y frustraciones cuando algo está errado
y somos impotentes para arreglarlos la mayoría de las veces. El Dios
perfecto, omnipotente, entretanto podría arreglar cualquier cosa. Los
humanos sentimos deseo de aquello que nos falta. Al Dios perfecto nada
le falta. Un Dios omnisciente, omnipotente y perfecto que experimenta
emociones es rotundamente imposible.
Estas
son las conclusiones a las que hemos llegado ante la imposibilidad de
la existencia del Dios judío-cristiano, aún en relación con todas las
otras religiones, pero que insistimos en ella por vivir en occidente.
Ningún individuo racional y libre pensador puede aceptar la existencia
de un ser cuyas naturalezas son tan contradictorias en relación a “ese”
Jehová, o sea, el “perfecto creador” de nuestro imperfecto mundo. La
existencia del Dios, en este caso llamado Jehová, e insistimos, como
cualesquiera otros son tan imposibles como la existencia de la esfera
cúbica, unicornios rojos, papá Noel, y un largo etcétera…
A
pesar de que cualquier persona creyente en las diversas religiones
existentes pueda encontrar satisfacciones en ser fieles a esos dogmas
imposibles, nosotros tenemos la mayor satisfacción en poseer una mente
lúcida, no mejor ni peor como humanos que somos. Ellos pueden escoger,
aunque no siempre libremente, el servir a un Dios imposible, pero que en
realidad son esclavos de ese insaciable clero que lo representan.
Nosotros escogemos las realidades de la Naturaleza, de la vida a
sabiendas que existe la muerte sin recompensas celestiales.
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