sábado, 1 de noviembre de 2014

LA SUSTANCIA UNICA

La mente es el universo.
Es todo lo que es, lo que fue y lo que siempre será.
La mente es una sustancia, una sustancia material, o más bien tiene la cualidad de cristalizarse y volverse sólida en apariencia
El término mente o conciencia no es lo mismo que intelecto, pensamiento o lo que se conoce usualmente como “mente”.
El intelecto, la actividad consciente, el pensamiento lógico y secuencial, son la actividad del ego, el cual es una ilusión creada por la actividad electroquímica del cerebro y actualizada por las creencias y el entorno, pero hay que saber que en esencia son una extensión de la conciencia universal, mente o espíritu (los nombres no son relevantes si comprendes la esencia).
El pensamiento es actividad eléctrica, movimiento y desequilibrio. La mente, para poder moverse y romper su estado de equilibrio, debe dividirse: dos polos con cargas opuestas que se separan en función del deseo de la mente.



Es un error identificarse con esta actividad (la cual en muchas personas es caótica, desordenada y sin control) ya que es fuente de malos entendidos y contradicciones. 
Sin embargo uno puede servirse de ella como una herramienta, o mejor, como un instrumento (que resuene en unidad con la mente universal).
El ser superior comprende esta naturaleza y la protege, la cultiva, se nutre de ella y permite que se expanda para beneficio de todos.
Pensar es dominio del intelecto, del ego o de la mente dividida.
El conocimiento pertenece a la conciencia y al corazón, que es la morada del espíritu o mente universal (diferentes nombres para una misma cosa).
El conocimiento es saber con el corazón, mientras que el pensamiento o intelecto corresponde a la actividad del neocórtex cerebral, sede del ego y fuente de dualidades y contradicciones.

Lo único real en tu vida existe en tu corazón.

La mente, como una sustancia o un éter, se extiende en todas las direcciones, más allá del tiempo-espacio (de hecho los crea).
La sustancia de la mente es la base de toda la creación
Es la sustancia de la cual todo lo visible está compuesto.
Es la vida misma.
Por consiguiente, nuestros organismos físicos se componen de este elemento sutil.
La materia es la cristalización de la sustancia sutil de la mente 
El medio físico de foco y control de esta sustancia tiene su sede en la corteza cerebral, de la cual emana una radiación expansiva que vibra en simpatía con todo.
Esta vibración simpática es lo que la Física describe como entrelazamiento cuántico, pero en realidad es el flujo de la mente, es decir el movimiento de la única sustancia .  
Esta sustancia consciente impregna con simpatía todas las formas y condiciones de la materia y tiene como asistentes a la gravedad, la electricidad y el magnetismo; estas tres fuerzas o condiciones nacen de la misma sustancia, es decir comparten el mismo origen. De hecho, esta sustancia sutil es el alma de la materia, el elemento a partir del cual todas las formas de movimiento reciben su impulso original.
La mente es la semilla del universo
En la semilla del universo existe la totalidad del universo.
De esta sustancia vibrante surgen todas las formas que la ciencia va describiendo a medida que evoluciona y expande su conocimiento: Supercuerdas vibrantes, espuma cuántica, quarks y gluones, fotones, electrones y otras partículas, átomos, moléculas, etc. El resto es una multiplicación y combinación de estos elementos primordiales.

La sustancia de la Mente universal, no tiene principio ni fin ni límites, pero sus manifestaciones si lo tienen. 
El universo físico tiene límites. 

Estos límites son planos de curvatura cero que la luz no puede atravesar y en los cuales se refleja, creando en el interior patrones de interferencia y una infinidad de imágenes y formas en movimiento que aparentan solidez y vida propia.

La sustancia material de la Mente es un éter omnipresente
Este éter sutil vibra en diferentes grados dinámicos.
El sonido, el calor, la luz, la electricidad y la materia, son los efectos de la única sustancia en grados específicos y diferentes niveles de energía, de presión y densidad, pero esencialmente no hay diferencia entre cualquier cosa, como la electricidad y por ejemplo el hierro, salvo en sus diferentes efectos y formas de vibrar y manifestarse.
Este universo visible de materia vibrante no es más que el registro eléctrico de la mente en movimiento
La aparente diferencia entre las cosas se debe únicamente a la diferencia en el movimiento y no a la sustancia.
Son posibles muchos estados de movimiento, pero solo hay una sustancia en el universo.
El universo está hecho de la misma y única sustancia
Como todos los estados de movimiento son mensurables y están bajo el control absoluto de la mente, y como el ser humano es mente, puede, con profundo conocimiento de la naturaleza y la energía suficiente, cambiar un estado de movimiento en cualquier otro estado de movimiento y al hacerlo, transmutar una sustancia en cualquier otra.
Esta habilidad y potencial para transformar la materia es nuestra herencia divina, y nos da la posibilidad no solo de aprender a transmutar elementos sino también a curar enfermedades y a crear una realidad física deseada.
La única sustancia del universo es la Conciencia creadora, la mente del Creador. Nuestra conciencia es una extensión de esta Conciencia, sin fisuras ni costuras.
Es nuestra verdadera naturaleza. Somos pura conciencia experimentando una realidad física transitoria.
No hay forma de estar separados de la única sustancia ya que somos ella misma.
Comprender esta verdad y aceptarla, es realizar nuestra verdadera naturaleza. Aunque en realidad no hay tal cosa como verdadero o falso. La única cosa real en este universo es la conciencia, pura e indivisible, que impregna y da vida a todos los seres y cosas sin diferencias.

Las diferencias son todo lo que percibimos con nuestros sentidos e interpretamos como “real”, incluyendo nuestra individualidad, sin embargo es una ilusión. Simplemente “figuritas” y colores en movimiento, pero lo esencial no mueve, no se desplaza, no nace, no crece ni muere, no gana ni pierde. Es equilibrio. Es “todo” lo que hay.
No hay individualidad en este universo consciente. La individualidad no es más que un aspecto de la mente.
El universo es una única cosa
Esta única cosa es la mente.
La sustancia en acción de la mente pensante es la luz.

No hay más que una sola sustancia y esta no se puede dividir en muchas sustancias o muchas partes, solo se puede modificar su movimiento y su nivel de vibración cambiando así su manifestación.
La individualidad no es más que una apariencia, es un efecto potencial y pasajero de la mente en movimiento
Lo que interpretamos como individualidad no es más que el registro momentáneo de una forma fugaz. Como una fotografía. Percibimos, registramos, congelamos la imagen (mediante la memoria), nos identificamos con esta imagen y le damos forma y existencia fija. Luego creemos que eso que creamos tiene existencia propia y real separada de lo demás.
Este error es debido a un procesamiento incompleto de la información, gestionado por una pequeña zona del cerebro, que en muchas personas en la actualidad está mal configurada y desconectada del resto, lo que lleva a un estado de confusión generalizada.
Esta ignorancia u olvido acerca de tu naturaleza no solo genera miedo y te hace dudar sino que te mantiene en una prisión repleta de conceptos erróneos y percepciones confusas.

Una vez que giras la mirada a tu interior y aceptas quien eres en verdad, todo se ilumina.
La conciencia se reconoce a si misma y cesa el movimiento.
La individualidad y el todo se vuelven unidad. Naturalmente.
La materia nutre de información y energía al espacio.
Esta información se registra.
El espacio genera modela a la materia con esta misma información, ahora modificada o adaptada en virtud del entrelazamiento con la totalidad.
Es muy fácil aunque misterioso, lo difícil es despertar y abandonar los programas inútiles y nocivos que nos impiden vernos y aceptarnos tal como somos.
Somos conciencia viva, infinita y luminosa realizándose a si misma mediante una experiencia humana

Homo iluminatus


martes, 24 de junio de 2014

EL ANTIBIOTICO NATURAL QUE LA INDUSTRIA FARMACEUTICA SIEMPRE HA OCULTADO

 
Hace 2300 años, Alejandro Magno inspeccionaba el campo de batalla y bebía agua potable de cuencos de plata. No sabía nada acerca de las bacterias, pero sabía que los recipientes de plata tienen una forma aparentemente milagrosa de mantener el agua fresca y sana.


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La plata se ha utilizado durante miles de años en diferentes formas por sus beneficios para la salud. A lo largo de la edad media, los ricos daban sus cucharas de plata a los niños para que las chuparan, a fin de evitar enfermedades.


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La gente ha sabido durante tanto tiempo de los beneficios de la plata que la ha incorporado a las leyendas. La plata es el agente recomendado para matar vampiros, hombres lobo y diversas formas de los llamados “no-muertos”. Según una antigua leyenda, una daga de plata era todo lo que un caballero necesita para vencer el mal.


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La historia oculta de la plata

Pero la nueva historia de la plata es una historia falsificada. En su tiempo, la plata fue ampliamente utilizada por todos los profesionales de la salud como antibiótico, antiviral y anti-microbiano. Nada funcionaba mejor entonces y nada lo hace ahora.
La F.D.A. (Agencia de alimentos y Medicamentos de EEUU), comenzó su cruzada contra los productos de plata en la década de 1930, porque la plata (como sustancia natural) no puede ser patentada, pero los socios de la industria de los antibióticos y de las vacunas sí podían patentar sus productos.


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Cuando la FDA aún conservaba su nombre original, Oficina de Química (Bureau of Chemistry), su verdadera misión era proteger legalmente a la industria química, declararando que sustancias químicas tóxicas fueran consideradas “sustancias seguras” y eliminando la competencia de la industria química a través de leyes y reglamentos. Esta historia ha sido ocultada en gran medida en la mayoría de textos históricos modernos, pero la verdad aún puede ser hallada en los documentos de aquella primera época.

La medicina de la plata ha sido borrada de los libros de texto y rara vez se le da mención en la literatura médica. La Farmacopea oficial enumera docenas de compuestos de plata medicinales antes de mediados de los años 1930; pero a partir de entonces, toda mención a la plata desapareció. Los libros más nuevos dicen que eso nunca sucedió.


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Pero antes de reescribir la historia, la plata era como el arma nuclear de la medicina. No había patógeno humano que sobreviviera a ella. Era el evangelio de la medicina.
La Plata Coloidal pura sigue siendo el antibiótico y el anti-viral más completo y potente conocido, el único que es realmente seguro para el consumo humano y absolutamente seguro en todas las condiciones. Es natural, no tiene efectos secundarios y acababa con las peores enfermedades virales en la década de 1930, mucho antes de que se hiciera imposible matar a los virus con medicinas.

En los últimos dos siglos, la plata ha sido utilizada por la medicina alopática y por la medicina alternativa. Además de ser utilizado para dolencias rutinarias, la plata se ha utilizado eficazmente contra algunas de las enfermedades más difíciles de erradicar, como la tuberculosis o la sífilis.
Se ha utilizado como agente anti-bacteriano añadido a vendas y desinfectantes en aerosol. Se ha añadido a la ropa para eliminar las bacterias que producen los malos olores procedentes del sudor y va incorporada en las gasas utilizadas en los centros de quemados. Aún se intentan fabricar encimeras en los hospitales que incorporen un baño de plata, para evitar el crecimiento de bacterias. Los recipientes recubiertos de plata son utilizados para la desinfección de agua en países del tercer mundo.

La plata es notable porque es un agente natural anti-bacterial y anti-viral de gran alcance, pero sin embargo, no afecta a la salud general del paciente, como sí hacen los antibióticos.
Mata a los virus, hongos y parásitos en los casos en que los parásitos viven en relación simbiótica con un agente bacteriano. Esto es sorprendentemente común, especialmente en el caso de los parásitos transmitidos por la sangre, tales como la enfermedad de Lyme.


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Debido a que la plata mata con una carga eléctrica, no existe ningún patógeno que sea inmune a ella. Ningun ser vivo puede desarrollar inmunidad a la electricidad.

Desde finales del siglo XIX, la plata coloidal ha sido la forma más segura y efectiva de medicar a través de la plata. La plata coloidal se fabrica mediante procesos eléctricos, combinando plata con agua pura. El proceso de fabricación coloidal no utiliza productos químicos.
 
A pesar de que actualmente la plata está etiquetada como medicina alternativa, en su tiempo fue ampliamente utilizada en hospitales como primer antiséptico y antibiótico.
Todavía se utiliza en los centros de quemados de los hospitales por su increíble capacidad para curar las quemaduras más rápidamente que los esteroides.


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La lucha contra la plata
Sacar la plata de circulación fue una de las primeras acciones emprendidas por la FDA cuando cambió su nombre en 1930. En 1999, cuando se produjo un cierto redescubrimiento de la plata a nivel médico, la FDA prohibió que se vendiera directamente como producto médico, a pesar de que ha sido usada de forma segura como medicina durante milenios.

La devastación de la epidemia de la polio fue causada en gran parte por la forma en la que la FDA suprimió la plata con el fin de promover sus nuevos antibióticos y la industria de la vacuna.
Mediante la eliminación de la plata de las listas de medicamentos aprobados, se eliminó de manera efectiva el único tratamiento que realmente combatía la poliomielitis y eso fue el desencadenante de la epidemia de polio.


Niños afectados por la epidemia de polio
 
La F.D.A. más tarde celebró su victoria sobre la polio jactándose de que la nueva generación de vacunas nos había salvado. La agencia astutamente esperó hasta que la epidemia entró en su ocaso natural para liberar la vacuna, con el fin de garantizar que las personas vieran una conexión entre la fecha de lanzamiento de la vacuna y la desaparición de la enfermedad.

El público y un buen número de médicos, fueron engañados con el fin de que obviaran el hecho de que los medicamentos de plata representaban un tratamiento seguro, que efectivamente acababa rápidamente con la poliomielitis.


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Si la medicina de la plata no hubiera sido retirada del mercado, la epidemia de la polio nunca se habría producido y el enorme mercado de las vacunas y los antibióticos actual nunca hubiera llegado a existir. Simplemente, la plata tenía que ser eliminada.

Es más, para reforzar aún más la comercialización de la vacuna contra la polio, la FDA y la Asociación Médica de Estados Unidos comenzaron a promover la amigdalectomía para todos los niños, a sabiendas de que las amígdalas son el único órgano del cuerpo humano que produce anticuerpos contra la poliomielitis.

La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) admite ahora que los antibióticos no son útiles en la mayoría de enfermedades para los que han sido recetados en las últimas siete décadas. El resfriado común, la gripe y el tipo más común de neumonía ahora se cree que son causados por virus para los cuales los antibióticos no sirven para nada. Sin embargo, la plata es eficaz contra los virus, así que mucha gente ha muerto como resultado de reemplazar la plata por los antibióticos.

Otra campaña de represión contra la plata comenzó en la época de la Segunda Guerra Mundial, cuando se estudiaron los agentes de guerra bacteriológica como un posible tipo de arma.
La plata tiene la capacidad de neutralizar potencialmente todos los tipos de arma biológica,debido a que ataca a los patógenos eléctricamente. Esta es una de las razones principales por las que se ha suprimido y calumniado la plata de manera tan agresiva. Hay grupos dentro del gobierno de los EE.UU. que no quieren que nadie sea resistente a las armas biológicas de los Estados Unidos, por lo que los medicamentos de plata han sido reprimidas en todo el mundo por el bien de un programa de armamento militar encubierto que está prohibido por las leyes internacionales.


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Si la medicina basada en la plata seguía siendo distribuida oficialmente como medicina de primer nivel, el programa de armas biológicas se vería afectado, porque en muchos casos, las víctimas podrían utilizar la plata coloidal para recuperarse de cualquier agente de guerra biológica.


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Cómo se cree que actúa la medicina de la Plata
Hay teorías sobre cómo funciona la plata. La principal es que la plata mata las bacterias y los virus eléctricamente, lo que imposibilita que los agentes patógenos se vuelvan resistentes a ella.
De hecho, no hay pruebas de patógenos que desarrollen resistencia a la plata coloidal. Esta hipótesis es imposible de probar (o refutar), porque no podemos examinar una sola partícula coloidal y su relación con una bacteria, o ver el mecanismo por el que la plata mata la bacteria. Sólo podemos poner la plata coloidal y las bacterias juntos y ver que todas las bacterias mueren rápidamente.


Nanopartículas de plata en estado coloidal
 
No confundir los diferentes productos de plata
Hay muchos tipos diferentes de soluciones de plata, incluyendo nitratos de plata, plata iónica, cloruros de plata y proteínas de plata. El único producto de plata completamente seguro y el que se recomienda, es la PLATA COLOIDAL PURA (fabricada con agua destilada y sin ningún tipo de aditivo).

Los otros pueden resultar nocivos para el cuerpo humano.


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Nitrato de plata
Por ejemplo, el nitrato de plata es producida por la industria farmacéutica mediante la combinación de plata con ácido nítrico. Puede dañar el hígado y los riñones como la mayoría de medicamentos farmacéuticos. Los terribles efectos secundarios del nitrato de plata son los que utiliza habitualmente el establishment para justificar sus ataques contra la plata coloidal.
 
Plata iónica
La plata iónica se produce de manera casi idéntica a la plata coloidal. La principal diferencia entre ellas es el tamaño de las partículas de plata. En plata iónica, las partículas son atómicamente pequeñas. En la plata coloidal, las partículas siguen siendo de tamaño microscópico, pero no tan pequeñas como lo son en plata iónica. Se distinguen una de la otra en que la plata coloidal es mucho más probable que tenga un color, mientras que la plata iónica es siempre clara.


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Las partículas más grandes que se encuentran en las soluciones de plata coloidal son especialmente beneficiosos para uso externo, incluyendo el tratamiento de quemaduras. La plata iónica es inútil externamente, y sus efectos internos no han sido debidamente estudiados. Sólo la plata coloidal y el nitrato de plata han sido científicamente examinadas por su eficacia, y sólo la variante coloidal es segura. Aunque parezca increíble, la plata coloidal es el único tipo que la industria farmacéutica nunca ha vendido.


Cloruro de plata
 
Cloruro de plata

Otro producto de la plata es el cloruro de plata. Es esencialmente plata coloidal, pero con la adición de sal de mesa (cloruro de sodio). Cuando se ingiere, el cloruro de plata tiende a migrar a los tejidos externos.


Paul Karason, hombre afectado de argiria y ampliamente publicitado como ejemplo contra la medicina de la plata
 
Entonces, cuando la piel se expone a la luz solar, el cloruro de plata se descompone en plata y cloro. Esto hace que la piel adquiera un color gris azulado (argiria) que ha sido publicitado ampliamente como prueba irrefutable contra la medicina de la plata. Otro engaño más: los productos de plata coloidal verdaderos y puros, no producen tales efectos.


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Proteínas de plata

Las proteínas de plata contienen partículas mucho más grandes que la plata coloidal y nunca deben ser utilizados internamente. En su momento fueron aprobados por la FDA, y fueron los preferidos por la industria farmacéutica. Debido al gran tamaño de las partículas de plata, y la plata de la unión con las proteínas, existe una alta probabilidad de que estas partículas queden atrapadas en los tejidos grasos, produciendo, de nuevo, una coloración azulada de la piel.

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Infórmense adecuadamente
Como hemos visto, solo la PLATA COLOIDAL PURA nos garantiza de forma segura el carrusel de beneficios de la medicina de la plata.

Desgraciadamente, muchos de los productos que se venden como “plata coloidal” no deberían ser calificados como tal. Las soluciones de plata que se venden en muchas tiendas son esencialmente versiones homeopáticas de productos de plata coloidal e iónica, lo que significa que no son más que agua a alto precio. La mayoría de productos (no todos) al por menor son falsos, y estos productos falsos son la razón principal por la cual tantas personas que descubren la medicina alternativa acaban creyendo que la plata no es efectiva.

Si deciden experimentar los amplios beneficios de la plata coloidal, les recomendamos encarecidamente que se tomen el tiempo necesario para informarse los más ampliamente posible
fuente: http://www.thedailysheeple.com/everything-about-colloidal-silver_062014

SOMOS ENERGIA, ENERGIA MAGNETICA, IMANES VIVIENTES 


Somos Energía, Energía Magnetica, imanes vivientes

Hacia los años treinta, dos célebres hombres en Oriente lograron fotografiar las vibraciones del pensamiento ¡Y vaya que lo lograron, a través de muros de acero, en un experimento que ha sido repetido muchas veces desde entonces! Pero demostraron algo más, tal vez más importante: encontraron que cuanto más cargado de emoción estaba un pensamiento, ¡Más clara se veía la imagen! Fueron quizá los primeros en demostrar que existe energía magnética dentro de nuestros pensamientos, y que nuestras emociones son impulsadas por los pensamientos.

Sin embargo, lo que pasaron por alto es que, debido a que las ondas de vibración (emociones) que enviamos están cargadas magnéticamente, somos literalmente imanes vivos, y que atraemos constantemente cualquier cosa que este en la misma frecuencia de longitud de onda. Te pongo un ejemplo; Cuando nos sentimos bien, con el ánimo en alto, llenos de alegría y gratitud, nuestras emociones envían vibraciones de alta frecuencia, que atraerán lo bueno hacia nosotros; es decir, cualquier cosa que coincida con lo que estamos enviando. Lo semejante atrae lo semejante.

En cambio, cuando experimentamos cualquier cosa que no nos cause satisfacción, como temor, preocupación, culpa, o hasta un pequeño disgusto, enviamos vibraciones de baja frecuencia. Debido a que las bajas frecuencias son tan magnéticas como las altas, atraen cosas desagradables hacia nosotros; es decir cosas que nos harán sentir (vibrar) de una forma tan poco grata como lo que estamos enviando. Desagradable de ida, desagradable de vuelta. Es siempre una vibración semejante.

Así que, ya sea que enviemos acciones de alta frecuencia, de satisfacción, o vibraciones bajas, de preocupación, las que enviemos en cada momento serán las que atraigamos de regreso a nosotros mismos. Somos generadores de vibraciones, por tanto, somos los imanes, la causa. Nos guste o no, nosotros hemos creado esas vibraciones y seguiremos haciéndolo. Somos de carne y hueso, pero ante todo y sobre todo, somos energía, ¡Energía magnética!, lo cual nos convierte en imanes vivientes que respiran.

¿No te encanta la idea? Independiente de lo que estudiaste, o en lo que trabajas, eres, en realidad, ¡Un imán viviente! (¡Vaya pequeño detalle!). Por descabellado que parezca, ha llegado el momento de despertar ante el hecho de que somos seres electromagnéticos y de que vamos por la vida con esa abrumadora capacidad de magnetizar (atraer) hacia nuestra vida todo cuanto deseamos, con sólo controlar los sentimientos que provienen de nuestros pensamientos.

Sin embargo, debido a que vivimos en este planeta, en un campo de energía en el que predomina la baja frecuencia, procedente de más de seis mil millones de personas que vibran con sentimientos más de tensión y temor que de alegría, admitimos involuntariamente esas vibraciones y reaccionamos ante ellas, lo cual significa que hasta que aprendamos a sobreponernos conscientemente a esas frecuencias negativas que nos invaden todo, y en las cuales vivimos, seguiremos reci­clando sus desagradables efectos en nuestra vida cotidiana, después de un tedioso día.

Es algo semejante a nadar en agua salada, si no enjuagamos los residuos de la sal en nuestro cuerpo, tarde o temprano nos sentiremos incómodos. ¿Lo ves? No hay de otra: la forma en que sentimos determina lo que atraemos, y con mucha frecuencia esos sentimientos proceden de nuestros pensamientos, los cuales instantáneamente producen reacciones electromagnéticas en cadena que, finalmente, hacen que sucedan, que sean creadas, obtenidas o destruidas las cosas.

Así que, una vez más: nuestros sentimientos surgen de nosotros en forma de ondas electromagnéticas. La frecuencia que se emita atraerá automáticamente a otra frecuencia idéntica; provocará que ocurran las cosas, buenas o malas, al encontrar empatía en la vibración.

Las vibraciones de frecuencias altas, positivas, atraerán circunstancias de vibraciones altas, positivas. Las vibraciones de frecuencias bajas, negativas, atraerán circunstancias de vibraciones bajas, negativas.
En ambos casos, lo que se nos regresa nos hace sentir con el espíritu tan elevado, o tan bajo, como lo que hemos estado trasmitiendo (sentimiento) porque lo que se regresa es una vibración que coincide exactamente con la que enviamos.

Se trata del mismo principio que el del diapasón: haz sonar un diapasón en una habitación donde hay varios más, todos afinados en diferentes tonos, y sólo los que estén afinados en: la misma frecuencia del que hiciste sonar, sonarán al unísono, como sonarían aunque se encontraran en los extremos opuestos de un estadio de fútbol. Las fuerzas similares se atraen.

Querido lector, es una regla elemental de la física. Pero de manera totalmente distinta a la de la vibración de un diapasón, los seres humanos con nuestras frecuencias e intensidades magnéticas variables, somos semejantes a pe­lotas de ping pong disparadas en todas las direcciones imaginables.

En un momento podemos levantar el vuelo tan alto como un papagayo, sentirnos tan poderosos como el sol, y al siguiente sentirnos con tan baja energía que anulamos lo anterior y creemos que nada cambiará nuestras vidas, o al menos, no tan rápidamente. Todo esto se debe al tipo y a la intensidad ­de sentimientos que tengamos, los cuales van de cálidos o alegres, hasta explosivos o destructores.

Pero no estamos hechos de metal. A diferencia de los diapasones, lo que regresa a nosotros como resultado de la confusión de energía emocional (vibraciones), que sale de nosotros a cada instante y que pocas veces es agradable, es una interminable cadena de pequeñas desavenencias, circunstancias y eventos no planeados.

No es necesario decir que lo que hemos estado creando con todo este flujo indiscriminado de energía es un verdadero infierno; en el mejor de los casos, una vida mediocre según continuamos atrayendo hacia nuestra existencia diaria cuanta experiencia, persona, juego, suceso, encuentro, incidente, evento, riesgo, ocasión o episodio en el cual estemos vibrando, todo lo cual significa sentir.

sábado, 8 de febrero de 2014

ALGO ESTA SUCEDIENDO


Como chispas cósmicas, en diferentes lugares del mundo, los seres humanos están despertando.
Hasta en aquellos recónditos lugares donde había una persona, sólo una, pensando en un cambio, creyéndolo imposible… Hasta en aquel lugar donde la indiferencia y el sedentarismo interno formaban el cotidiano vivir; hasta en aquellos sitios donde el repetir modelos o el cargar caretas sociales eran moneda corriente; hasta en esos lugares donde el miedo cerraba las puertas, el silencio era el amigo fiel, y se nadaba en la superficie de lo aparente, incluso en todos estos lugares, algo está sucediendo, ya no son lo mismo que hace un tiempo.
Algo está sucediendo, seres y más seres despiertan a una nueva conciencia, y se preguntan aquello que nadie se preguntó, o por lo menos nadie, en voz alta.
Algo está sucediendo… Se ve por la necesidad, por las nuevas búsquedas, por las nuevas tendencias. Se ve en las escuelas cuando empiezan a incorporar nuevas pedagogías. Se ve en los médicos cuando dejan de hacer los “masters en los síndromes” de moda, y comienzan a hacer un camino propio, de investigación sobre su propia experiencia, sobre los hechos que están pasando verdaderamente Ahora. Así es que por ejemplo se abren a las terapias y disciplinas que se llaman “alternativas”. Que ahora están dejando de ser “alternativas”, para volverse una posibilidad al mismo nivel de necesidad y seriedad, que cualquier otra disciplina reconocida formalmente.
Es que lo formal se da cuenta de que algo está sucediendo. Se da cuenta de que aquella persona, una persona como tantas otras, hoy está reflexionando sobre algo que ayer hacía mecánicamente.
¡Es que si! Algo está sucediendo, y lo vemos vivir y surgir en las miradas de los niños, en la inconformidad de los jóvenes que dicen: “No quiero vivir más en esta sociedad abiótica, dura, enferma” .
¡Es que si! Algo está sucediendo, y debemos hacernos conscientes de ello. Como humanidad estamos despertando.
¿Hacia dónde nos lleva esto? ¿Sabremos aprovechar el potencial espiritual que tenemos? ¿Podremos hacerlo de forma madura, sin que el ego comande nuestra realización?
Estas son preguntas que sólo las responderá el tiempo, la experiencia, nuestras elecciones. Aún así, sea rápido o lento, hacia un lugar estamos eligiendo ir. Un lugar más consciente, verdadero, más puro y unido a nuestro propósito como Seres Humanos y Espirituales. En definitiva, entre errores y aciertos, se produce la evolución y el humano asciende un nuevo escalón de conciencia.
Estamos despertando, es un hecho. Esto antes sucedía con un promedio de uno en miles (entre miles de personas, un ser se hacía consciente), ahora esto se potenció.
El tiempo del reloj ya no es el mismo que antes, ya no puedo hacer en una mañana lo que antes hacía. Para la cultura materialista el tiempo es dinero. Para la cultura de pueblos originarios, entre ellos los Mayas, el tiempo es Arte. Para el ser humano creativo, el tiempo lineal no alcanza para crear y hacer todo lo que desea hacer.
Despertar significa desacelerar nuestro interior, desear movernos en un tiempo interno creativo, no un tiempo impuesto desde el afuera. Esto, que puede estar ligado a la percepción, a un cambio interno de visión de la vida, puede hacer pensar que lo que cambió fue sólo lo de adentro, no lo de afuera. Pero este cambio de percepción no quita que concretamente el afuera se esté acelerando también. Este es un nuevo punto de estudio de la física cuántica.
Por lo tanto no es sólo percepción, es realidad, nosotros percibimos que se nos escapa, que no alcanzamos a cubrir lo que deseamos, pero físicamente ha ocurrido algo.
Todo se está acelerando, y, así como antes había una probabilidad de un despertar entre miles de personas, hoy en una familia tipo, hay seguro alguien que está preguntándose “¿quién soy Yo?”.
Algo está sucediendo y lo estamos viviendo nosotros individualmente.
Y estemos abiertos a lo que vendrá porque vendrá más, porque este cambio de conciencia individual está repercutiendo a nuestro alrededor generando una ola de conciencia, que quién sabe a dónde nos llevará. Aún así, el futuro es una ilusión que imaginamos, que proyectamos como idea pero no existe. Lo que tenemos lo tenemos ahora, y ahora todos lo podemos ver: Algo está sucediendo.
Cuando escucho decir que el mundo está cada vez peor, pregunto “¿Qué mundo estás viendo?, ¿Sobre qué tierra estás parado?” Yo estoy en un mundo que está despertando. Sí, puede ser que haya mucha inconciencia, pero a la vez estoy viendo una oleada silenciosa de conciencia, sólo que el ruido es de quienes quieren parecer mayoría. Hay desastres ecológicos, sí, es verdad, pero me ocuparé de generar más conciencia, de ayudar a despertar al mundo para que ya no necesites el rigor, el golpe contra la pared, para hacer un giro en el camino.
Si elevo la mirada puedo ver dos mundos: uno que cae y uno que nace. A cuál mundo yo mire, a cuál mundo yo apueste, con cuál colabore, eso depende de mi propio discernimiento.
Si, algo está sucediendo, y esto es el comienzo, estemos felices porque estamos participando de un momento único como humanidad. Estamos en un momento de transición, pasando de una costa a la otra. No nos asustemos, ni queramos volver a agarrarnos de la superficie de la costa que estamos dejando. Aunque queramos, ya no podremos hacerlo. No deseemos volver a dormirnos, no nos arrepintamos de estar despiertos.
Es un tiempo único, hay una nueva costa del otro lado del océano. Cuál es, cómo es, qué se hará, no importa porque seremos los protagonistas, los que la creemos. Lo haremos a imagen y semejanza de nuestro propio crecimiento interno.
Entonces, ¿por qué preocuparnos por agarrarnos, por qué apegarnos al pasado, lo seguro, lo que algún día creí que haría, que sería?
Nuestra mente puede tener mucha capacidad de imaginación, pero aun así es limitada. Nuestros sueños y proyectos, por más elevados que parezcan, pueden estar limitados por la capacidad de nuestra mente. ¡Qué sueñe la conciencia que es la que está despierta, y que la mente sea su herramienta!, ¡Qué dé el primer paso nuestro cuerpo despierto! porque la mente siempre verá que algo está faltando, que todavía no es tiempo.
¡Qué sea nuestra conciencia la primera en plantar la bandera de la paz! ¿La bandera? No, en vivir la paz.
¡Qué sea el corazón del Nuevo Hombre el que ponga las nuevas reglas! ¿Las reglas? No… No harán falta si hay conciencia.
Ya vemos aquí mismo, que todo puede superarse, que la mente proyecta un mundo con la bandera de la paz en los mástiles de la nueva tierra; que las reglas serán el compartir, el vivir en comunidad, el disfrutar, el justo intercambio de bienes. ¿Pero estamos preparados para soñar aún más que esto? Si la conciencia despierta, el hombre da un salto cuántico. Pero para que esto suceda se necesita más de un hombre. Debemos ser muchos los que vibremos una nueva forma de existir. Y que fundamentalmente, lo comencemos ahora, siendo coherentes en nuestro diario vivir.
Si esto sucede, el cambio puede ser inimaginable. ¿Estamos preparados para soltar todo? Si… sé que muchos gritamos “Si”. Bien, preparémonos, abrámonos, entreguémonos, porque algo está sucediendo.
Llegará el momento en que muchos hombres despiertos, muchos, nos levantemos al unísono, y mantengámonos en lo esencial, coherentes en nuestros actos, arraigados en nuestro corazón, porque algo sucederá, ahora estamos viendo el comienzo.
Hacia dónde nos dirigirá este cambio, dependerá de nuestra propia Re–Evolución interna. El mar nos guiará hacia la costa que queramos, que estemos preparados para ir, ni más lejos ni más cerca. La costa será imagen de nuestra conciencia. Recordemos que esto mismo está sucediendo ahora en nuestro día a día.
Sigamos despertando, seamos valientes, sinceros, ayudemos a los que hace tiempo están esperando este momento. Y pongamos nuestro nuevo impulso, que es único y es el que se necesita, para crear entre todos lo Nuevo.
El Hombre está despertando. Algo está sucediendo. Nuestra conciencia es la protagonista.
¿En qué tierra queremos vivir? ¿A qué costa queremos llegar?
No nos quedemos remando en la corriente del viejo sistema. Este irá perdiendo fuerza en la medida que dejemos de poner nuestros remos en sus aguas. Hay otra corriente, que siempre estuvo pero en silencio, pues nunca impondría su fuerza. Ahora está emergiendo porque estamos dando el permiso para que suceda. Ahí están nuestros compañeros, hermanos de camino, seres visibles e invisibles, haciendo fuerza para guiarnos a la fuente verdadera. No necesitamos botes, ni remos, ni resistencia. La corriente nos lleva sola, sólo si le decimos “si, voy camino al nuevo rumbo, estoy listo”. Listo para soltar mi personaje, para abrir el corazón, para perdonar, para descubrir el amor más elevado, para comprender, para dar-recibir, para soltar mi “forma de ser” y mis códigos viejos. Listo para sentir que aunque mis manos en apariencia están vacías, tengo todo lo que necesito para existir: Estoy Despierto.

HOOPONOPONO 


¿Qué es el ho´oponopono?
El denominado ho´oponopono es una práctica ancestral fundamentada en la consciencia de ser y en la doble dimensión de ésta como “alerta” y “espacio”.
La consciencia se relaciona con “ser” y cuenta con dos esferas indisolublemente ligadas: “consciencia de lo que se es” y “consciencia de lo que es”. La primera se refleja en estar “alerta”: sé y siento lo que soy (toma de consciencia de lo que se es, de quien soy). Y la segunda, con el “espacio”: mi ser es el espacio en el que surgen las formas del ahora (toma de consciencia de lo que es, de lo que es la realidad). “Yo soy el que soy” sintetiza esta doble perspectiva. Permanezco en alerta siendo y sintiendo en el ahora mi ser verdadero y subyacente, eterno, inmutable. Y constato cómo mi ser es la forma del momento presente, lo que explica y en lo que se despliegan los contenidos cambiantes del ahora.
Nada es, por tanto, ajeno a mi Ser: ni mi Yo verdadero, pues es mi Ser mismo; ni las formas mutables del ahora continuo, pues yo soy el espacio en el que existen y se desenvuelven. Al adquirir esta conexión con el Yo verdadero, no utilizo el ahora en otra cosa que no sea para Amar. Y comprendo y acepto que tengo el 100 por 100 de la responsabilidad de todas las cosas que me ocurren y suceden a mi alrededor y de la globalidad de las formas mutables del momento presente, del ahora, de la vida. El pecado no existe, ni nadie nos juzga, pero cada uno tiene la completa responsabilidad de su vida y de los hechos, relaciones, encuentros y eventos que en ella se producen.
Este convencimiento estaba presente en antiguas culturas. Y en ese mismo convencimiento se basa precisamente el ho´oponopono, que nos recuerda que la vida es realmente una cadena de vidas físicas y que guardamos en nuestra memoria trascendente, en el “disco duro” sutil de cada uno, todos los pensamientos generados y experiencias acontecidas a lo largo de la citada cadena vital. Son estos pensamientos (los plenos de Amor, pero también los dolorosos y funestos) y experiencias (las llenas de Amor, pero igualmente las carentes de él y que han causado daño a nosotros mismos o a los demás) los que mantenemos en nuestro disco duro y proyectamos hacia la dimensión superficial –formas y contenidos- del momento presente y del mundo exterior, que es moldeada por nosotros mismos a semejanza nuestra.
El ho´oponopono proviene de tradiciones indígenas del Pacífico, en general, y de la cultura hawaiana, en particular. Literalmente significa “acertar el paso” o “corregir el error”. De acuerdo con arcaicas creencias, el error proviene de experiencias dañinas y pensamientos frustrantes desplegados en otras vidas y que se acumulan en la memoria donde almacenamos nuestra existencia –cadena de vidas-. Esta memoria trascendente, incluida la parte de la misma contaminada por tales experiencias y pensamientos faltos de Amor, aflora y se manifiesta en nuestra vida actual, reflejándose y explicando multitud de actos, sucesos y circunstancias que vivimos y nos rodean. Ante esto, la práctica del ho´oponopono nos enseña a que conscientemente agradezcamos a nuestro Ser profundo las cosas bellas y hermosas que ahora vivimos -cual modo de subrayar y poner en valor la parte (archivos del disco duro) repleta de Amor que la memoria trascendente atesora- y reconozcamos y asumamos como responsabilidad propia la totalidad de las vivencias dolorosas del presente –cual forma de eliminar y borrar la parte (archivos del disco duro) carente de Amor que la misma memoria guarda-. De esta manera, ho´oponopono ofrece la posibilidad de revalorizar los archivos con Amor y eliminar los sin Amor, liberando la energía de experiencias y pensamientos cargados de daño y error que son causa y origen de desequilibrios, desasosiegos, insatisfacciones, enojos, enemistades y enfermedades.
El ser humano es una unidad energética y vibracional en la que conviven tres gamas o modos vibratorios: Espíritu o Yo verdadero –en terminología ho´oponopono, “Aumakua”, “Superconsciente” o Padre-; cuerpo físico, con la mente y el intelecto como componente más desarrollado –“Uhane”, “Consciente” o Madre-; y alma, que, junto al ADN sutil (“células del alma”), almacena las experiencias acumuladas durante la cadena de vida –en ho´oponopono se llama “Unihipili”, “Subconsciente” o “Niño Interior” a esta conjunción de energía consciencial-.
Pues bien, éste último componente es el responsable de todo lo que proyectamos desde nuestro disco duro hacia las formas del mundo exterior. El Unihipili acumula los archivos de memoria, tanto de esta vida como de las restantes de la cadena de vidas que recorremos en nuestra encarnación en el plano humano; y lanza sus contenidos a las formas del momento presente, moldeándolas a nuestra semejanza. Sin embargo, el ser humano consciente está en condiciones de incidir sobre esa memoria y los archivos para afianzar las experiencias y pensamientos plenos de Amor –que se manifiestan en hechos positivos y hermosos de nuestra vida de ahora- y eliminar los llenos de odio, frustración y resentimiento –que se plasman en circunstancias y vivencias negativas y dolorosas de la vida presente-.
¿Cómo hacerlo? Por medio del Uhane o Consciente, que es a quien corresponde decidir que aceptamos al 100 por 100 la responsabilidad de nuestra vida. Esta aceptación posibilita que trabajemos en el archivo que haya generado la situación que nos afecta en la actualidad, en la idea de que todo en nuestra vida nos llega para que borremos energías perniciosas guardadas en la memoria trascendente o afiancemos los archivos llenos de Amor que también atesora.
Comunicación con nosotros mismos
Para la puesta en práctica del Uhane con esta finalidad, debemos dejar a un lado la racionalidad y el intelecto, confiar en nuestra dimensión subyacente –Espíritu, Amor- y trabajar con las herramientas que el ho´oponopono ofrece. Son sencillas y directas. La más fructífera consiste en establecer una comunicación fluida y constante entre el Uhane o Consciente y el Aumakua o Ser profundo.
Así, para fijar y potenciar en la memoria los pensamientos y experiencias de Amor, es suficiente con que desde el Uhane digamos “gracias” o “te quiero” a nuestro Ser interior ante las cosas hermosas de nuestra vida cotidiana. Y para borrar los pensamientos y experiencias sin Amor, basta con que digamos “lo siento, perdóname por la parte de mí que ha creado esto y lo ha traído aquí, lo ha puesto en mí o lo ha proyectado a otro o a los demás”. Y recordando siempre que damos gracias o pedimos perdón a nosotros mismos, no a alguien o algo ajeno a mí. No hay nada fuera que nos traiga nada; no somos pecadores ni culpables; nadie nos juzga. Nuestro Espíritu sólo nos pide que desde el Consciente digamos “gracias” o “lo siento”. Creas lo que crees; y si Yo lo he creado, Yo lo puedo cambiar. Esto es aceptar el 100% de responsabilidad de nuestra vida.
Ho´oponopono impulsa, por tanto, una comunicación consciente con nuestro Ser interior para que éste tome el mando y afiance o borre, según el caso, partes concretas de nuestra memoria trascendente. Y la respuesta ante tal comunicación es automática, aunque no la proporciona el intelecto, sino nuestra energía divina, a la que conscientemente dejamos fluir y operar para recalcar o eliminar componentes de la memoria. El intelecto y la mente no tienen capacidad para incidir en la memoria trascendente: ni saben donde está ni conocen el archivo dañado. Por lo mismo, tampoco debemos permitir que forjen expectativas sobre los efectos e impactos de la respuesta que se produzca, pues el intelecto carece de información para ponderar lo que determinada circunstancia realmente nos reporta: hay situaciones negativas que evitan otras peores, acontecimientos dolorosos que nos abren las puertas de la felicidad o de la consciencia, etcétera.
Ni siquiera tengo que pensar qué archivos del disco duro son los que deseo afianzar o borrar; sólo dar las gracias o pedir perdón ante los avatares, situaciones y contactos de la vida. Nuestro Espíritu o Aumakua conoce muy bien la parte de nuestra memoria que a continuación se debe poner en valor o limpiar. No hay que saber ni pensar. Ho´oponopono es aceptar que hay una parte de mí que es más sabia. Hay que aprender a confiar en uno mismo, en nuestro Ser interior; mientras mayor sea la confianza, más intensa será la toma de mando por parte del Yo verdadero. Y mejores resultados se obtendrán en el trabajo con nuestra memoria trascendente.
Cuando confiamos, algo pasa, algo se transforma. Sólo tenemos que “observar”. Y potenciar o limpiar constantemente, repitiendo las palabras o frases y sabiendo que estamos impulsando el afianzamiento o el borrado. Por las experiencias acumuladas en la cadena de vidas, tenemos multitud de pensamientos y archivos dañados, así que hay que borrar permanentemente hasta que llegue un momento en el que el Unihipili o Niño Interior lo haga de forma automática. La elevación del grado de consciencia facilitará la revalorización o eliminación de archivos de manera natural; y en ese trabajo interior encontramos nuestra verdadera Esencia.
Y asumir la responsabilidad íntegra de nuestra vida implica, igualmente, aceptar la responsabilidad por los pensamientos y acciones de las demás personas que aparecen en ella. Lo cual, lejos de ser una rémora agotadora, es una magnífica oportunidad, pues si soy responsable lo puedo cambiar. La gente que llega a nuestras vidas y con las que nos relacionamos de un modo más o menos familiar y estrecho no lo hace por casualidad, sino porque compartimos archivos con Amor, sin Amor o de ambos tipos. Esto es lo que nos une en la dimensión de las formas, pues en la dimensión subyacente estamos unidos en la Esencia divina. Cuando son archivos dañinos, la otra persona dirá cosas que nos molestan, realizará actuaciones que nos causan dolor o padecerá enfermedades. Ante ello, lejos de contrariarnos y reaccionar defensivamente o con agresividad, seamos conscientes de que no es sino una proyección de mí y ocasión para borrar tales archivos. Así que digo “te quiero” o “lo siento, por la parte de mí que ha creado esto y lo ha traído aquí o a ti” para desactivar el archivo contaminado, que se eliminará no sólo para mí, sino también para el otro. Quien toma la responsabilidad es el que borra.
A muchos les parecerá increíble, pero el camino más fácil es asumir la responsabilidad completa de nuestra vida, incluidos todos los hechos, circunstancias y personas que nos rodean; los pensamientos y actos propios y los de aquéllos que se relacionan con nosotros. En todo lo que llega y acontece hay que ver una preciosa oportunidad para que el Ser interior coja el mando y potencie o limpie los archivos (pensamientos, actos, experiencias,…) con o sin Amor, respectivamente, guardados en nuestra memoria trascendente. La paz empieza en nosotros, por lo que decir “gracias, te amo” es el mejor regalo que podemos hacerle al mundo.
Ho’oponopono apoya la restauración del equilibrio y la armonía en la persona y, a través de ella, de la Creación. Ayuda a que el ser humano sea permanentemente consciente de su Ser profundo, desactivando el piloto automático del ego, generando paz y consiguiendo que nuestros actos se basen en la inspiración. En este orden, hay que diferenciar bien entre intuición e inspiración -términos que hemos usado con reiteración a lo largo del texto-. La primera procede de la memoria trascendente: algo que ya pasó puede volver a repetirse y la intuición nos avisa (los sueños premonitorios son un exponente de ello). La inspiración, en cambio, es algo nuevo, una guía que emana desde nuestro Yo verdadero y nos ofrece algo novedoso para nosotros y para nuestra vida.
Ho´oponopono va más allá de la Ley de Atracción porque no es posible controlar todo lo que tenemos en el inconsciente, pero que, no obstante, estamos proyectando y plasmando en nuestras vidas. Con Ho´oponopono se atrae lo que se agradece, lo cual coloca al Amor Incondicional en primer lugar.