EL CLORURO DE MAGNESIO
Si existe un suplemento alimenticio con una larga lista de beneficios para el cuerpo, tanto para mantenerlo joven y vital, como para curar y hacerlo fuerte y resistente a infecciones, es el cloruro de magnesio, un compuesto realmente útil y benéfico para todas las edades. El magnesio es un mineral muy abundante en la naturaleza y participa en más de 300 reacciones bioquímicas en nuestro cuerpo. El cloruro de magnesio es un compuesto con muy altos beneficios para la salud y la belleza.El Cloruro de Magnesio produce los siguientes beneficios:
Aporta equilibrio mental ya que ayuda a vitalizar las funciones cerebrales y la transmisión de impulsos nerviosos.Es un excelente purificante sanguíneo, por lo que ayuda en prácticamente todas las enfermedades, ya que al tener una sangre limpia las enfermedades no pueden tener lugar ya que el ph sanguíneo se equilibra.
Es un perfecto estimulante de órganos, activa y vitaliza sus funciones, como en el caso de las funciones renales, donde el cloruro de magnesio actúa para eliminar el ácido que se acumula en los riñones.
Ayuda a curar artrosis por descalcificación.
Ayuda en el proceso de actividad neuromuscular, vigoriza los impulsos nerviosos, equilibrando el mecanismo de contracción y relajación muscular, fortalece los músculos y les ayuda a su buen mantenimiento y desarrollo.Preventivo de cardiovasculares y cansancio muscular, ayuda a evitar calambres y a curar lesiones musculares, por lo que va de maravilla en deportistas o personas con alto rendimiento físico.
Es necesario para que las funciones del corazón (cardiovasculares) tengan un óptimo desempeño.
Muy útil para tratar casos de irritabilidad muscular como el tétanos, epilepsia, etc.
Combate niveles altos del fortalece, ayudando a eliminar el colesterol nocivo.
Es un complemento ideal para una mejor nutrición, ayudando a obtener energía, combatiendo la depresión, los mareos y es un poderoso remedio para combatir estrés.
Este mineral tiene una tarea básica y primordial en la regulación de la temperatura del cuerpo.
Participa en la formación de huesos firmes.
Ayuda al metabolismo de proteínas y carbohidratos.
Ayuda en la prevención de hemorroides, cura intestinos, ayuda en casos de divertículos, colitis, estreñimiento (es un excelente laxante) etc.
Previene problemas en la próstata y ayuda a curarlos.
Previene gripe, catarros, fiebres, infecciones, obesidad, colesterol, triglicéridos, arterioesclerosis, problemas de riñones y hasta el cáncer o tumores.
Ayuda a postergar la juventud, llenando de vitalidad el cuerpo y ayudando en la regeneración celular de calidad.
Ayuda a curar complicaciones de la columna, ya que barre el calcio donde no debe acumularse y lo alija en donde si, por lo que incluso puede curar dolores de espalda, todo tipo de complicaciones articulares, incluso ayuda a los paralíticos a poder caminar si su caso es problema de huesos y articulaciones.
El presente artículo fue redactado por el sacerdote Reverendo Padre José Chorr, del Colegio Chafarrínense, es además profesor de física y de biología y expresa conceptos sobre el Cloruro de Magnesio.
El Reverendo Chorr comenta lo que sucedió en su propio cuerpo.
‘Cuando tenía 61 años de edad estaba casi paralítico, esto fue antes de comenzar el tratamiento con el Cloruro de Magnesio. Sentía puntadas agudas en la región lumbar (columna vertebral), incurable según la ciencia médica ortodoxa (es decir, los médicos). Al levantarme de la cama por las mañanas, sentía un fuerte dolor en la columna que perturbaba todo el día. Era causado por el nervio ciático, que apretaba la tercera vértebra, me lo hacía sentir sobre todo cuando estaba parado, lo que me forzó a trabajar la mayor parte del día sentado.. Hubo un año, en que todo lo hacía sentado, menos la misa. Era un tormento y tenía que suspender mis viajes a causa del dolor.
Durante un verano muy seco sentí mejoría, pero luego empeore más. Comencé entonces a rezar la misa sentado. Volví a la ciudad de Floreanápolis (Brasil) buscando un especialista que me sanara. Me tomaron nuevas radiografías, están duras y en avanzado estado de descalcificación. Nada era posible hacer. Las diez aplicaciones de onda corta que recibía en la columna no detenían el dolor. Al colmo de no poder dormir ni siquiera acostado, a veces quedaba sentado en la cama. Hasta que descubrí que podía dormir en la posición fetal, así como duermen los gatos. Esto dio cierto resultado y solo despertaba al estirarme o enderezarme. Ya faltaba poco para no poder dormir ni siquiera en posición fetal.
Me preguntaba: Y ahora ¿qué puedo hacer? Estaba engañado por la medicina tradicional y así entonces apelé a Dios. Y le dije: amado Dios, estás viendo en este estado a esta criatura…te pido Dios mío que me des una solución para todos mis males.
Ocurrió entonces que pocos días más tarde me llevaron a Porto Alegre a un encuentro jesuítico. Allí conocí al Padre Suárez, un sacerdote jesuita quien me contó que la cura de mis problemas de salud era algo muy fácil. Me dijo que para ello debía tomar el Cloruro de Magnesio, mostrándome escrito en un libro de medicina del Padre Poig, un jesuita español, conocido y prestigioso biólogo, que había descubierto las propiedades curativas del Cloruro de Magnesio, a partir de una experiencia familiar, curando a su madre quien por esa época se encontraba con artrosis en avanzado estado de descalcificación.
Los sacerdotes jesuitas siempre se destacaron por sus grandes conocimientos para curar las enfermedades utilizando medicina natural como las hierbas medicinales y los minerales puros. En tono de broma, el Padre Suárez me dijo: mientras tomes esta sal, solo te vas a morir si te das un tiro en la cabeza o si tienes un accidente.
Comencé a tomar una dosis diaria todas las mañanas. Tres días después, comencé a tomar una dosis a la mañana y otra a la noche. Así mismo continué durmiendo todo arrollado. Pero el vigésimo día, cuando me levanté estaba todo extraño y me dije: ¿Será que estoy soñando?, dado que ya no sentía dolores y hasta pude dar un paseo por la ciudad, sintiendo todavía en mi memoria el peso de diez años de sufrimiento con esta incomodidad y limitación.
A los cuarenta días pude caminar el día entero, sintiendo un pequeño peso y dolor en la pierna derecha. A los sesenta días, esta pierna dolorida estaba igual o mejor que la otra. Luego de tres meses sentía crecer la flexibilidad en los huesos y un inesperado alivio en todo mi cuerpo. Pasaron diez meses y puedo doblarme como si fuera una serpiente, sintiéndome otra persona.
El Cloruro de Magnesio, arranca el calcio depositado en los lugares indebidos y los coloca solamente en los huesos y más aún, consigue normalizar el torrente sanguíneo, estabilizando la presión sanguínea. El sistema nervioso queda totalmente calmo, sintiendo mayor lucidez mental, mejorando notoriamente la memoria, la atención y la concentración, la sangre se torna más fluida y más limpia. Las frecuentes puntadas en el hígado desaparecieron y la próstata que debía ser operada hace años, ahora ya casi no me incomoda. Pero el efecto más importante de todos, fue el de haber sido preguntado por otras personas: ¿qué está pasando contigo que estas mucho más joven?, y yo les contestaba: Sí, la verdad me siento más joven y me retornó la alegría de vivir.
Es por esto que me veo obligado a difundir este remedio natural, como un agradecimiento a Dios por haber escuchado mis ruegos. Así es que envío copias de este articulo para toda persona que esté sufriendo, padeciendo dolores y malestares’.
PREPARACIÓN DEL REMEDIO DE CLORURO DE MAGNESIO.
En una olla de metal vamos a hervir un litro de agua, hasta llegar al punto de ebullición, luego dejamos reposar hasta que el agua vuelva a temperatura ambiente. En una farmacia, podemos comprar cloruro de magnesio. Vamos a verter 33 gramos de este compuesto mineral en el litro de agua a temperatura ambiente.
El consumo del cloruro de magnesio debe llevarse a cabo dependiendo de la edad y de las necesidades de las personas. Luego de los 40 años nuestro organismo reduce su capacidad de absorción del magnesio es por ello que la cantidad recomendada de cloruro de magnesio aumenta dependiendo de la edad.
DOSIS NECESARIA DEPENDIENDO DE LA EDAD.
EDADES:
De 10 a 40 años: Media taza en la mañana
De 40 a 70 años: 1 taza en la mañana
De 71 en adelante: Una taza a la mañana y otra a la noche.
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