LA VERDAD
¿Existe la verdad?, ¿existe una sola verdad o hay más verdades? Aunque la respuesta parece fácil, si se trata de la verdad, sólo debería existir una, sin embargo, observando la vida parece que haya muchas verdades, tantas verdades como personas, y además, cada persona cree estar en posesión de la verdad, de la única verdad, de la verdad absoluta, y en muchos casos, cada persona defiende su verdad con uñas y dientes, a veces, incluso a gritos.
¿Puede
ser que haya tantas verdades? Parece claro que no, entonces… ¿Dónde
está el problema? ¿Cómo puede ser que tantas personas crean ciegamente
que están en posesión de la verdad? ¿Estarán equivocadas las personas o
realmente hay tantas verdades?
Sólo existe una verdad, la
verdad de la vida, la verdad del Amor, la verdad de Dios, y las
verdades de los hombres sólo son producto de su pensamiento. Decía Buda:
“Somos exactamente lo que pensamos”, y es ese pensamiento el que
determina la verdad de la persona y determina también su vida.
La
verdad de la mente es como………. como una enfermedad. No hay mucha
diferencia entre una gastroenteritis y vivir la verdad de la mente, sin
embargo, las personas, que acuden rápidamente al doctor para solucionar
una gastroenteritis, no son conscientes de lo dañina que es la
enfermedad de su verdad, y además tratan de contagiar su mal a las
personas que la rodean.
¿Cómo encontrar esa verdad? ¿En los libros? ¿En las escuelas? No.
La
verdad sólo se encuentra en lo profundo de las personas, la verdad sólo
se encuentra en el corazón. No se va a encontrar la verdad en ninguna
mente por privilegiada que sea, no se va a encontrar la verdad a través
del raciocinio, porque la verdad no se busca, la verdad llega sola
cuando la persona elige vivir una vida plena, una vida total, una vida
completa. La verdad llega cuando la persona elige vivir desde el
corazón, cuando la persona elige conectarse con su alma, cuando la
persona elige ser.
No
existe ninguna diferencia entre la verdad, la felicidad, el amor y la
alegría; es un pack que llega de manera completa cuando la persona
comprende que no es un cuerpo, que no es una mente, sino que es un ser
divino, que es un alma y que se encuentra únicamente de paso en la
materia con un único objetivo, el encuentro con su parte divina. Es en
ese encuentro cuando la persona empieza a vibrar en otra sintonía, en la
sintonía de la Verdad, en la sintonía del Amor, en la sintonía de Dios.
Conectar con la parte divina no es difícil, pero si laborioso, recuerda: “Voluntad” para dedicar un tiempo diario a trabajar
para fortalecer esa conexión, el propio “Trabajo” y “Paciencia” hasta
que empiecen a llegar los resultados; aunque es posible que sea
necesaria también otra cualidad, la “claridad mental”, ya que es
imprescindible que la persona tenga muy claro que lo que quiere es ser
feliz de verdad, no de palabra ni de mente; y es esa claridad la que va a
dar la fortaleza necesaria para ser constante en el trabajo.
El
“Trabajo”, solo es aceptación, aceptar la vida como llega, sabiendo que
cada cosa que pasa es perfecta, tanto lo que se califica como bueno o
como malo, todo es perfecto y necesario. Ayuda a esa aceptación la
meditación, el dedicar un tiempo diario a dominar la mente para que
acepte la vida, para que acepte la verdad, para que acepte la felicidad.
¿Sigues
creyendo que estás en posesión de la verdad? ¿Qué tu verdad es la
válida, la “buena”? Escucha a tu corazón y encontrarás la respuesta.
IN LAK´ECH...
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