sábado, 10 de noviembre de 2012

LA VERDAD

 

 
¿Existe la verdad?, ¿existe una sola verdad o hay más verdades? Aunque la respuesta parece fácil, si se trata de la verdad, sólo debería existir una, sin embargo, observando la vida parece que haya muchas verdades, tantas verdades como personas, y además, cada persona cree estar en posesión de la verdad, de la única verdad, de la verdad absoluta, y en muchos casos, cada persona defiende su verdad con uñas y dientes, a veces, incluso a gritos.
            ¿Puede ser que haya tantas verdades? Parece claro que no, entonces… ¿Dónde está el problema? ¿Cómo puede ser que tantas personas crean ciegamente que están en posesión de la verdad? ¿Estarán equivocadas las personas o realmente hay tantas verdades?
            Sólo existe una verdad,  la verdad de la vida, la verdad del Amor, la verdad de Dios, y las verdades de los hombres sólo son producto de su pensamiento. Decía Buda: “Somos exactamente lo que pensamos”, y es ese pensamiento el que determina la verdad de la persona y determina también su vida.
            La verdad de la mente es como………. como una enfermedad. No hay mucha diferencia entre una gastroenteritis y vivir la verdad de la mente, sin embargo, las personas, que acuden rápidamente al doctor para solucionar una gastroenteritis, no son conscientes de lo dañina que es la enfermedad de su verdad, y además tratan de contagiar su mal a las personas que la rodean.
            ¿Cómo encontrar esa verdad? ¿En los libros? ¿En las escuelas? No.
La verdad sólo se encuentra en lo profundo de las personas, la verdad sólo se encuentra en el corazón. No se va a encontrar la verdad en ninguna mente por privilegiada que sea, no se va a encontrar la verdad a través del raciocinio, porque la verdad no se busca, la verdad llega sola cuando la persona elige vivir una vida plena, una vida total, una vida completa. La verdad llega cuando la persona elige vivir desde el corazón, cuando la persona elige conectarse con su alma, cuando la persona elige ser.
            No existe ninguna diferencia entre la verdad, la felicidad, el amor y la alegría; es un pack que llega de manera completa cuando la persona comprende que no es un cuerpo, que no es una mente, sino que es un ser divino, que es un alma y que se encuentra únicamente de paso en la materia con un único objetivo, el encuentro con su parte divina. Es en ese encuentro cuando la persona empieza a vibrar en otra sintonía, en la sintonía de la Verdad, en la sintonía del Amor, en la sintonía de Dios.
            Conectar con la parte divina no es difícil, pero si laborioso, recuerda: “Voluntad” para dedicar un tiempo diario a  trabajar para fortalecer esa conexión, el propio “Trabajo” y “Paciencia” hasta que empiecen a llegar los resultados; aunque es posible que sea necesaria también otra cualidad, la “claridad mental”, ya que es imprescindible que la persona tenga muy claro que lo que quiere es ser feliz de verdad, no de palabra ni de mente; y es esa claridad la que va a dar la fortaleza necesaria para ser constante en el trabajo.
            El “Trabajo”, solo es aceptación, aceptar la vida como llega, sabiendo que cada cosa que pasa es perfecta, tanto lo que se califica como bueno  o como malo, todo es perfecto y necesario. Ayuda a esa aceptación la meditación, el dedicar un tiempo diario a dominar la mente para que acepte la vida, para que acepte la verdad, para que acepte la felicidad.
¿Sigues creyendo que estás en posesión de la verdad? ¿Qué tu verdad es la válida, la “buena”? Escucha a tu corazón y encontrarás la respuesta.
IN LAK´ECH...

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